Por ello se vincula todo un campo de resonancias, allá donde los mundos se reflejan. El origen es la presencia de aquello que parece un punto de temporalidad sin serlo, pues no está localizado en un punto primero ni último, aunque somos testigos de un reflejo, de un tiempo y unas circunstancias; testigos del silencio y del tiempo, presagiándonos.
DG2016
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