No hay que ir muy lejos para recorrer la memoria del tiempo, solo ver las estrellas que dibujan nuestros aconteceres en la respiración sutil de lo que somos; no somos mitos ni dioses lejanos ni sombras equidistantes en lejanas regiones, somos agua viva, tormenta estelar, noche de misterio, corazón que late universos a cada instante en un abrir y cerrar de ojos entre el sueño y el despertar.
DG 2015
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