Si la tecnología actual no es nada más que una pequeña muestra de lo que puede ser, y si tenemos en cuenta que es sólo la cascarilla de la tecnología oculta, cabe preguntarse y sospechar que la tecnología del poder (las élites que digitalizan el mundo), supera con creces lo que hoy por hoy se nos revela a los ciudadanos.
Y si el mundo está siendo dirigido desde las élites en lo que se considera la estructura piramidal de los sistemas, cabe pensar y más aún sospechar que las hipótesis orwelianas están superando a la ficción. Hoy nos encontramos ante la posibilidad de escenarios que pueden derivar en determinados paradigmas: el de un hombre consciente que busca su verdad como humanidad y se abre camino hacia la amplitud y profundidad de un cosmos que es su reflejo o la caída en las redes de una mecánica y programación más férrea de sus mecanismos de realidad y conciencia, es decir, del sueño de la conciencia. Si el ser humano no despierta y no maneja las tecnologías como medios de conciencia será devorado por ellas desde quienes están programando la red: un mundo virtual paradigmático conectado a grandes ordenadores. El ordenador cuántico está en ciernes y las redes son códigos de barras en el escenario de la mente humana. Hoy más que nunca se hace necesario un pensamiento libre y profundo más allá de la creencia de un tiempo y unas circunstancias, la perspectiva histórica y trascendente es fundamental para no caer en las redes del engaño y la hipnósis del presente marco temporal.
Conviene observar las claves y las tendencias del tiempo y los intereses de quienes las mueven, sin olvidar que la clave fundamental está en cada uno de nosotros. Si no actuamos en la dirección de la conciencia el mundo que viene prevé cualquieera de los escenarios de la mecánica conductista desde los motivos del poder. Matrix o Gran hermano superaría la ficción, porque los signos están aconteciendo en el presente actual.
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