Los velos del tiempo siguen cubriendo enigmáticas dimensiones, profundas, extensas y desconocidas regiones, dentro y fuera de lo que atisvamos como "nosotros mismos". El enigmático océano cósmico que anida dentro y fuera de nosotros mismos nos muestra apenas un parpadeo de la eternidad que son instantes en la noche del invisible misterio.
La mirada de universo cósmico, negro azabache, brillante fulgor, aleteando ritmos acompasados en las líneas del tiempo conjugado, a menos de un palmo las miradas se encuentran, los corazones se agitan, el fuego se activa, la llama ígnea recorre el laberinto, y el lenguaje de los pájaros deja oír los pensamientos luminosos como oleaje de mundos que se entrecruzan en su misterio. Redes conexas de los ramales cósmicos en el reloj multidimensional de lo Uno Todo.
D.G.
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