Mientras el mundo gira en torno a los acontecimientos que precipitan los nuevos tiempos hacia los puntos cruciales de los destinos en la madeja del tiempo y quienes lo urdimbran, hay lugar en medio de los remolinos para otros giros en la contemplación de una quietud, acaso la de la mirada que paradógicamente trasciende toda medida.
Y ocurre que mientras unos y otros forman escenario reflejo de las realidades constitutivas en el flujo temporal, otras realidades, otros reflejos se interrelacionan en un infinito juego de luces, sombras y visiones, sincronizando la danza del cosmos en el giro de un buclé espaciotemporal que se abre y cierra al ritmo de las estrellas.
D.G
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